Aldo Shiroma

Lima, 1975

“Lo que te permite visualizar mejor el escenario es la capacidad que tienes de desapegarte por un instante de la realidad y replantearte las cosas de formas muy diferentes. En la vida cotidiana yo soy quizá demasiado realista, trato de controlar y asir todo, pero a la hora en que creo es más bien el instante en que hago todo lo contrario, y puedo permitirme desfogar y mirarlo de otra forma.”

A. S.

Aldo Shiroma es un creador, escultor e ilustrador.

Desde una perspectiva simbólica y emocional, Shiroma plantea personajes lúdicos en madera, material que talla, lija y pinta.

El universo plástico de Grieve es de alguna manera disciplinadamente hermético y autosuficiente: nada existe en su pintura que no sea intrínsecamente pictórico. Esa manera hermética de relacionarse con la pintura paradójicamente la que consigue potenciar y transmitir su mayor logro cuando nos enfrentamos a su trabajo: cada pintura, cada dibujo de Alberto Grieve es un estudio sobre la libertad y sus infinitas posibilidades.

Desde los héroes de su infancia -siempre quiso ser un súper héroe para salvar el mundo y poder volar- hasta animales humanizados, su repertorio es amplio; osos, cerdos, todo tipo de perros. Todos ellos convertidos en seres urbanos. Él tiene la capacidad de despegarse de la realidad, y de soñar, y nos hace soñar a todos.

Shiroma nos cuenta que, a partir de la fascinación por volar, los sueños propios de la infancia y la afectuosa relación con los animales, encontró su propia manera de trabajar en la universidad con su primera escultura: un jabalí llamado Leopoldo, que trabajaba a escondidas de todos y la presentó como trabajo final. Es ahí que inicia un dialogo sincero consigo mismo. Se dio cuenta que a los animales les asignamos cualidades: el perro es fiel, la serpiente es traicionera, el león es valiente, y así, ellos vienen con una fuerza interna que Shiroma utiliza como un vehículo para aludir a algo más puro, para trabajar con ciertos valores. Y lo hace a través de sus recuerdos, con una intuición infantil, aunque es consciente de que esa época ya pasó, la evoca por lo que representa: la inocencia, un mundo despreocupado, un lugar de respiro.

Shiroma confía en el trabajo continuo, cree en la investigación y bocetea todo lo que puede. A menudo viaja a diferentes países donde realiza instalaciones y participa en residencias.

Estudió en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Expone con regularidad en el Perú y el extranjero. Dueño de un sin número de reconocimientos, ha ejercido la docencia en colegios y talleres, además de ilustrar cuentos, narraciones y revistas.

Aldo Shiroma vive y trabaja en Lima.