Silvia Westphalen

Roma, 1961

 “Cada piedra tiene una forma y una veta distinta, reacciona de manera diferente al romperse, carga una historia y una sensualidad fascinantes. Ellas nos dan mucha libertad para trabajar.”

S. W.

El trabajo de Silvia Westphalen está basado en el conocimiento de la piedra. Ella aborda sus esculturas buscando lo que cada piedra tiene escondido en ella, del mismo modo que el los elementos naturales modelan la geografía, Wesphalen nos descubre delicada, casi silenciosamente, el ritmo y la vida que habita en cada pieza de mármol crudo que decide trabajar. La intuición poderosa que nace de la contemplación, del amor al material, la naturaleza y la vida misma es la herramienta que permite a Westphalen a revelar la forma que habita en el material crudo, cuando trabaja la piedra sin devastarla a golpes, a través del descubrimiento de líneas y surcos que el material le permite realizar en él.

Mármol, alabastro, ónix y travertino peruano son transformados en formas orgánicas, recuerdos de plantas, movimiento de ríos, mares y orillas; segmentos mínimos de paisajes inmensos. Todos estos elementos finalmente nos hablan de una preocupación por el tiempo y su huella en nuestra conciencia.

Westphalen empieza su desarrollo como artista en Portugal a inicios de la década de los 80, donde empieza a indagar en la piedra bajo la orientación del escultor Joao Cutileiro.

En 1992 expuso por primera vez individualmente en Lima. Ha realizado, desde entonces, numerosas exposiciones tanto individuales como colectivas en el Perú y el extranjero. En 1998 es premiada como Artista Ganadora de la Bienal Nacional en Lima. Westphalen es una de las escultoras más importantes de su generación en el Perú.

Actualmente vive y trabaja en Lima.