SER DIVINO

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Miércoles 17 de mayo
al 27 de mayo 2017

SER DIVINO

La naturaleza es el tema central en la obra de Melissa Larrañaga (Lima, 1976), y el hecho de ser un motivo recurrente en su extensa trayectoria demuestra la importancia que ocupa en su propuesta pictórica. La vegetación que cubre sus cuadros, inmóvil y silente, revela una técnica minuciosa sustentada en un conocimiento en primera persona de los escenarios naturales.

Su método de trabajo está basado en la observación directa. Evitando el uso de fotografías, la artista recurre a la memoria y la intuición para plasmar sus imágenes, logrando con ello un lenguaje personal y una variedad cromática libre de la frialdad del hiperrealismo fotográfico.

Un nuevo personaje aparece entre el follaje: el  petirrojo, un animal que en el imaginario popular es el mensajero de prosperidad y buena fortuna. Sin embargo, la presencia del ave contiene un significado ambiguo: según el entorno puede relacionarse con la alegría o con la nostalgia. El petirrojo enfatiza el ambiente del cuadro.

El petirrojo también cumple una función temporal. Si antes el follaje sin personajes reflejaba el tiempo estático, propio de la vegetación, el ave agrega la dinámica del instante, congelando la fugacidad de lo efímero. Además, su presencia compositivamente lo convierte en un punto focal dentro del cuadro, ofreciendo a la mirada un lugar de descanso.

La obra de Melissa es el reflejo honesto de su propio ser, donde lo femenino (mujer y naturaleza) se muestra como un puerto seguro de calidez y sosiego, donde toda oscuridad se transforma para generar luz y color.

Frente a la plétora de propuestas contemporáneas desbordantes en drama y aspavientos visuales, la obra de Melissa resulta paradójicamente atrevida por su fidelidad a los métodos tradicionales de la pintura de caballete y el dibujo en tinta china, y por considerar que la belleza, en su estado más puro ― la naturaleza―, sigue vigente como un elemento imprescindible del quehacer artístico.

George Clarke
Mayo, 2017

La naturaleza es el tema central en la obra de Melissa Larrañaga, y el hecho de ser un motivo recurrente en su extensa trayectoria demuestra la importancia que ocupa en su propuesta pictórica. La vegetación que cubre sus cuadros, inmóvil y silente, revela una …