UN PAÍS DE GENTE DURA

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10 de septiembre 2014

Son treinta dibujos en tinta con pluma, la pluma clásica, la vieja, con la que se puede ejercer presión en el papel o levantarla ligeramente, transparentando la línea y encontrando la luz de tanto darle a la oscuridad.

Cada uno está acompañado por un texto, unas líneas de otros autores, lecturas que en el tiempo se han vuelto parte viva de las imágenes que iba dibujando, una dualidad indisoluble donde el texto ilustra y la imagen se lee.

Este conjunto se llama Un País de Gente Dura: Aparece un salvador, hay una víctima. El salvador tiene una oferta, la víctima una opresión.

Un personaje hilvana el conjunto: el roedor, en unos casos actúa como personificación de las ideologías, en otros como espectador o tal vez actor de un drama. Ideología puede también leerse como política, y política como manipulación, acomodo y mito. Mito que parte desde lo Inca como ícono interpretado y utilizado para responder identidades o conveniencias e Inkarri como explicación de la lucha, esa lucha donde nos preguntamos quienes somos y nos podemos responder de manera flagelante.

El segundo dibujo de la serie alude al origen. En uno de los mitos de Huarochirí, el zorro escapa del diluvio y queda con la cola ennegrecida. La imagen es poderosa; el zorro nos encarna, nos representa. Solo el hombre y los animales que llegan a la cumbre del cerro Huillcacoto sobreviven a la desgracia. El roedor – ideologíaía queda entre las aguas pero no muere.

Inkarri, mito que divide y reina, donde unos interpretan a un pueblo en resistencia y aluden a una utopíaía andina, otros ven fusión y amalgama de culturas. Juan Carlos Estenssoro en una nota de su libro Del Paganismo a la Santidad lo describe contundentemente.

Política, poder, reacomodo, espacio para el apoderamiento del mito y caudillo, son palabras que me acompañan cuando pienso en los dibujos siguientes. Luego desarrollo una serie de imágenes que aluden a la violencia, a la ira, a la convulsión que no teme la confrontación. Textos rotundos de Basadre y Macera quisieran dar una voz de alerta.

Al final de esta búsqueda, mis dibujos se detienen en la preocupación por nuestro incierto presente y futuro, un debate entre el cinismo y la esperanza, como dice Viviano Huamancha: “No sabemos lo que sucederá”. 

María Gracia de Losada

María Gracia de Losada es una artista personal e independiente, perteneciente a una generación de escultores que más allá de la tradición académica, se embarcan en arriesgadas propuestas, abriendo caminos hacia áreas interdisciplinarias y …