BROOKLYN 1989 – 1993

.

Miércoles 28 de agosto
al 14 de septiembre 2019

Viven en el dominio de la inteligencia múltiples versiones, interminables definiciones explicando qué es arte; sin embargo hay también muchas más sobre qué es ser artista; pintor, músico, poeta, escritor, escultor…, no importa, lo que importa es serlo y allí reside la  gran coherencia de vivir años con arte en el cuerpo de un artista porque el artista entrega su cuerpo al tiempo y al arte ya que el arte lo sobrevivirá.

Fue el año 1985  que salgo por primera vez de mi país; mi destino, NY, después de haber intentado partir como becario a China y al Japón decido dejar el Perú y seguir aprendiendo. Sabía claramente lo que mis manos, mi mente, mi corazón llenaban para ponerme al encuentro de otro horizonte. El Perú sufría el azote del terrorismo y mi salida coincidió con aquellos tiempos de infamia.

Una vez en mi nuevo destino, y después de algunos meses de adaptación poco a poco voy “decantando” el peso del piso en el que estaba estacionado; períodos de incertidumbre, sacrificio, soledad y amor dejaron la huella que necesitaba para continuar. Empecé a producir, a calcar de mí mismo aquellas ideas que traía en mi mente y plasmarlas en los lienzos y en cuanto soporte y material se me presentaba por delante, es entonces cuando nace la razón de mis decisiones y la complicidad con mi pasado; vivir fuera de mi territorio y encontrar respuestas a través de mi trabajo. Fueron tiempos de constante labor, disciplina, ilusión y aquella fuerza por sobrevivir de mí mismo sin abandonar ni traicionar a mi curiosidad.

La obra que acá presento, exalta cada día que viví en NY, particularmente en Brooklyn en donde permanecí doce años, en el lugar donde produje la mayor parte de cuadros en aquellos tiempos. Es obra seleccionada durante diferentes pasajes de producción y estilo, desde la abstracción pura de la naturaleza, la pérdida o la melancolía y la herramienta visual diaria, hasta los primeros esbozos e imágenes que anteceden lo que hoy estoy produciendo. Es pues un pasaje de mi vida en una nave que albergó mis pasiones y deseos de descubrirme mientras soñaba en los aires de la realidad.

Hubo muchas historias, muchos sucesos en esos años de angustia y felicidad, de ansiedad y silencio pero, la que más me  dejó y colmó de existencia fue fecundar cada momento, cada día del pasado y la razón de estar en el cuerpo de un artista, estas obras en sí son el ejemplo de aquellos momentos, de las memorias y consecuencia que ahora comparto.

Chalo Guevara

Lima, Agosto 2019