Hace ocho años que Luis León presentó su primera exposición individual en la Galería Luis Miró Quesada del Centro Cultural de la Municipalidad de Miraflores, desde ese entonces a la fecha, este talentoso y fino artista no muestra individualmente sus trabajos. Es un artista difícilmente encasillable, tanto su temática como su lenguaje son absolutamente personales, así como el tratamiento que le da a la piel, el detallado rojo de la carne en algunos cuadros, otra veces, son verdes los cuerpos, siempre mostrando una paleta impecable, placer y sensualidad en el manejo pictórico, todo ello dentro de composiciones muchas veces complicadas, pero que no dejan de ser interesantes e inquietantes. Para Ana María Rodrigo en la presentación que le hace a León: “Hoy, la falta de una mitología convincente puede producir monstruos. Puede producir las mil y una mitologías. Pero más allá de convicciones e intenciones, ¿ con qué se enfrenta uno en estos lienzos ? Sobre todo con el placer del color y con imágenes que logran dar una ilusión de realidad, casi obscena en su aparente cercanía a la piel y lo que la piel oculta o en el virtuosismo hasta en sus fondos, pasillos y paredes, otra versión de la soledad o de la vacuidad (porque ni en el Vacío hay vacío). Más los personajes de su imaginería, perturbadores, en carne viva, calladamente deformes o contrahechos, casi siempre logran eludir su impostura (la torpeza en el dibujo preciosista, las perspectivas equívocas, truncas, son otras metáforas del énfasis en la naturaleza humana). En la última serie- como casi siempre en su obra- no hay sensualidad en los cuerpos desnudos o semidesnudos. Y las imágenes femeninas usualmente pétridas e inexpresivas por su contención o infinita calma, esta vez quieren repetir un mantra, la divinidad (sólo algunos datos apuntan a ciertas prácticas Budistas como el Mudra en una imagen o los colores de los cuerpos relacionados a los de las deidades Budistas) o lo divino en el sujeto, en todos los sujetos.” Presentará un estupendo conjunto de 12 obras, en su mayoría de gran formato, trabajadas en los últimos años. León es un artista muy preciso cuyo manejo es muy lento por su elaboración, generalmente no trabaja mas de cuatro telas grandes por año.