PINTURA

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Miércoles 21 de marzo
al 14 de abril 2018

TITO MONZÓN / PINTURA / EL VIAJE INTERIOR, LA MIRADA DEL PINTOR

Tito Monzón posee una sólida obra pictórica construida desde la intimidad en la concepción de sus personajes y ambientes. Rigurosidad en la forma y composición, austeridad en el color y uso controlado de elementos que podrían considerarse ajenos a la pintura tradicional (como por ejemplo veladuras de gasa negra que cubren a sus personajeso aplicaciones de pequeñas flores tridimensionales integradas perfectamente en superficie del cuadro que llegan engañar al ojo del espectador) son sólo algunas referencias que podríamos citar al tratar de describir su espléndido trabajo plástico.

Monzón es introvertido y no gusta de hablar de su trabajo, aunque alguna vez ha escrito sobre su arte lo siguiente: “En lo que a mi pintura si se refiere debo decir que es hasta ahora un enigma para mí mismo, es algo oculto que se concretiza en el momento de pintar, algo muy íntimo. En lo posible trato además que el espectador se identifique con los personajes y se sienta envuelto en el ambiente que creo”. A juicio de la crítica de arte Elida Román “Si algo ha caracterizado siempre la obra de este pintores su búsqueda de recreación “real” y al mismo tiempo el logro de una barrera que dificulte la accesibilidad a ese conocimiento.” Artista culto, sus obras con frecuencia citan a pintores que admira a la vez que trasmiten una atmosfera misteriosa y rica en significados plásticos y sensoriales.

En esta oportunidad Monzón presenta pinturas en soportes rígidos de gran formato. Se aleja del retrato de su hija que fue el motivo de los últimos trabajos para entrar en el mundo de un nuevo personaje masculino. En palabras del artista: “Es un personaje que no tiene nada que ver con el mundo exterior, que fui construyendo poco a poco inspirándome en el renacimiento, pero a la vez muy lejos de él”.

Monzón(1960) vive y trabaja en Trujillo, es uno de los artistas más importantes de su generación. Estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes de Trujillo, de donde egresó con el Primer Puesto. En 1986 obtuvo el Primer Premio y Medalla de Oro en el II Salón de Primavera de Trujillo, en 1999 fue ganador por unanimidad del último Premio Johnnie Walker que se realizó en el Perú. Ha participado en las ferias FIA en Caracas, Arte Ba en Bs.As., Art Miami, Kiaf en Corea, Pinta en N.Y.; y ha sido dos veces representante del Perú en la Bienal de Cuenca, ganando una de ellas. Su obra se exhibe permanentemente en el Museo del BCR, el Museo San Marcos y el Museo Gerardo Chávez.

IGNACIO MACHA / PAISAJE / UNA MIRADA AL VIAJE IMPENITENTE POR NUESTRA GEOGRAFÍA

Ignacio Macha tiene en su pintura una larga relación con la mirada y el paisaje. Pintor de exteriores y exacerbado cromatismo, pincelada poderosa y sólido uso del diseño en su composición, Macha en sus inicios nos ha hecho recorrer mundos salvajes de vegetación exuberante donde mujeres desnudas existen rodeadas de tigres de bengala en una pintura que es pura vitalidad y celebración. A lo largo del tiempo, esta composición forzada, de perspectiva compleja y exigente con el espectador, a quien hace cómplice de situaciones imposibles ha ido virando al paisaje con mayor determinación, en un principio compartiendo el espacio con representaciones de mujeres danzantes y hombres lejanos, para finalmente, en este punto del camino, apoderarse del lienzo y plantearnos desde ahí nuevas demandas.

PAISaje se titula esta exhibición. Dibujos a pluma, realizados sobre la marcha en sus incontables viajesy pinturas de formato mediano realizados a partir de éstos componen la propuesta. Un tránsito necesario entre naturaleza, identidad y pintura.

Citamos a Juan Osorio, quien escribe en la presentación de la muestra y nos subraya lo esencial en la propuesta de Ignacio Macha: “Desde su mirada de artista y viajero impenitente, Macha, a la manera de los naturalistas viajeros del siglo XIX, recorre el Perú y el continente americano, no solo atraído por la exuberancia de su paisaje, sino por la confrontación que esta experiencia suscita. En la retina del artista, la sombra del paisaje europeo, del canon pictórico, se conflictúa frente a lo que el ande ofrece como naturaleza ingobernable y abrupta, y como concepto de representación. En sus pinturas, hace uso de encuadres picados y contrapicados, y de planos forzados, potenciando así la sensación de profundidad y vértigo, con un manejo de la luz y el color adecuados para este fin. Su obra nos confronta pues, a una narrativa visual poderosa, enclavada en el corazón de la cordillera, y que se entiende principalmente desde su propia naturaleza pictórica, a pesar del andamiaje conceptual que la soporta.”

El paisaje es un pretexto para hacer un discurso crítico sobre el uso nuestra geografía. El artista nos explica: “Caminar por un bosque seco y encontrarte con una pirámide erosionada, saber que en este paraje desolado en las alturas asesinaron a mis compatriotas y no comprender cómo un escenario tan hermoso puede encerrar tanto sufrimiento. También verás como todo está en constante movimiento, la naturaleza se modifica por su propia dinámica o por las intervenciones del hombre, las nieves no son eternas, los ríos de la costa se desbordan arrasando poblados mal planificado por los gobernantes, lo bosques de algarrobo son depredados para hacer leña que abastecen a las múltiples pollerías, ver como las planicies de la costa se van fragmentando por muros que parecen líneas que contrastan con el color del suelo al atardecer, como estas mismas laderas desérticas costeñas han sido ocupadas por viviendas.”

Ignacio Macha (1957) vive y trabaja en Lima. Es egresado y profesor de la Facultad de Artes de la PUCP. Ha realizado exposiciones individuales en el Perú y el extranjero. Su trabajo abarca no solo pintura y dibujo si no también performance y escultura.