PINTURA E INSTALACIÓN

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14 de mayo 2003

El miércoles 14 de mayo inaugurará su primera individual Jessica Schneider, egresada de la Facultad de Arte de la Pontificia Universidad Católica; luego de egresada se fue a New York a sacar su Master en fine art en Parsons School of Dising y al Urban Glass, en Brooklyn a aprender técnicas de vidrio soplado. Obtuvo el Oskar Kolin M.F.A. Fellowship N.Y.C., el Parsons Scholarship y Helena Rubinstein Award N.Y.C., todos estos premios fueron en 1995 – 96. Ha participado en numerosas colectivas desde 1991 así como ejerció la docencia en Parsons y ahora en Lima. Esta es su 1ra. individual la que ha recopilado bajo el título de “Chullpa” Sus obras, inconexas a nivel del contenido temático, remiten paradójicamente a la idea de reconexión, y ésta, con su memoria y con su experiencia cotidiana. A través del conjunto exhibido ella parece estar tejiendo una trama – narrativa- de su entorno (físico, social, emocional) y su inserción en él, como quien escribe su propia historia como si de una introspección alegórica, fragmentada e iconográfica, se tratase. La constelación de imágenes, estilísticamente relacionadas, cuya emergencia es (casi) por “asociación libre”, parece, ante todo una representación anímica de un insight ocurriendo volcado hacia fuera: ex – sight. Explorando en su memoria gráfica, como quien la compone, su grafía transcribe desde su actuación estilística de la infancia, un estado de inocencia / inconciencia. “Estoy limpiando mi armario”, dice Schneider, citando una canción. Y es justamente en la citación misma que la articulación del propio armario se revela, pues el suyo no es otro que el dominio de la cita, del fragmento del recuerdo. Ante todo la artista lleva a cabo una recreación, mas no de la memoria, sino de la historia de la memoria. Por ello esta estructuración estilística privilegia los modelos de la viñeta y del archivo como recursos narrativos, más aún en tantos medios de coordinación (emotiva incluso) de episodios temporal y espacialmente disgregados. Lo exhibido no son flashbacks, sino la negociación (estética y discursiva) con el pasado – biográfico, psiicológico, artístico, infantil e inmediato – desde el presente. Un pasado que se conserva – se memorializa – conversando con él, pactando en la iconografía con el recuerdo y entablando mediante una descripción visual la lucha por la propia historia como quien pretende prevenir su propio olvido. (Max Hernández Calvo, 2003).