PERSONANORMAL

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10 de abril 2007

Tania Bedriñana (Lima, 1973) estudió en la facultad de arte de la Universidad Católica del Perú y en la Kunsthochschule de Kassel, además cursó una maestría en la Universität der Kunste de Berlín, ciudad en la que actualmente radica. Tiene en su haber numerosas exposiciones colectivas y tres exposiciones individuales en ciudades como Kassel, París y Berlín, ha participado en ferias de arte internacionales como la Frankfurt Art Fair, la Preview Art Fair de Berlín y próximamente en la Tease Art Fair de Colonia, su trabajo está registrado en The Drawing Center de Nueva York. El año pasado fue seleccionada para participar en el prestigioso programa para mujeres artistas Goldraush Künstlerinnenprojekt art que promueven el Senado de Berlín y el Fondo Social Europeo. Después de varios años Tania Bedriñana vuelve a realizar una exposición en el Perú, la que tendrá lugar en la galería Forum bajo el título de Personanormal. En ella se podrá apreciar la particular propuesta que la artista viene desarrollando en los últimos años: se trata de cut-outs o figuras recortadas en papel y cartón, pintadas al óleo, tratadas con emulsiones, remojadas y raspadas, las que adquieren una particular textura en colores sobrios y diluidos, y toman formas de brazos, piernas, torsos, cabezas y otras imágenes, que son montadas en la pared configurando personajes y escenas que parecen salir del mismo muro, que también es intervenido. A través de estos cut-outs la artista construye instalaciones que asocian fracciones de recuerdos, realidad y ficción, escenas de agresión y vulnerabilidad, remembranzas de infancia, sueños y pesadillas. Se trata de un trabajo en el que el carácter performático es de especial importancia: la artista entra con su repertorio de cuerpos y fragmentos al espacio de la galería y crea la narrativa de sus escenificaciones en el mismo lugar de la exposición, en estrecho diálogo con el espacio arquitectónico, de tal modo que la disposición y relaciones de los personajes en las paredes es cada vez diferente, de acuerdo al lugar en el que se encuentren. Pero no sólo el espacio determina la conformación de la instalación, cada personaje durante el proceso va mostrando una particular pulsión vital y un determinado carácter, que mueven a la artista a asociarlos, fragmentarlos o ramificarlos de maneras diferentes hasta que cada figura halla su espacio y su lugar preciso. Así, la sala de exposición termina convertida en una gran obra en la que el espectador se encuentra inmerso, interactuando con la realidad ilusoria de los personajes.