MUROS SILENCIOSOS

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9 de agosto 2011

Develando el Proceso Pictórico :

“Espacio que no es el espacio. Lo Real. Paredes infinitas, excesivas, insuficientes».                                                                                                                                                                        “Pared: posición vertical para sostener un espacio o sostener el techo”.
“Remover: Revolver o tratar un asunto que estaba olvidado o detenido”.
“Pared sorda: pared de albañilería formada por dos hojas que están separadas por un espacio intermedio vacío y unidas por hojas o tirantes metálicos”.                                                                                                                “Desentrañar: quitar o sacar las entrañas. Llegar a averiguar, descubrir lo más dificultoso y oculto de algo”.

SOBRE LA OBRA:

El trabajo de Laura Allemant nos devuelve a nosotros mismos, a la experiencia primaria de nuestra casa, de nuestro espacio vital. Nos invita a entrar, a visitar un lugar, un “paisaje interior” que puede resultar desgarrador, oscuro, húmedo, íntimo. Desde el cual se erige una fuerza básica, que nos sostiene como una pared sostiene un muro.

Apropiándose del término “pared sorda” la artista alude a una definición arquitectónica. El muro protagonista se presenta como la unión de dos paredes separadas que crean un espacio vacío, silencioso. La cavidad generada ofrece un lugar que protege y filtra los daños que el entorno y la humedad exterior podrían generar en la superficie exterior.

Para Allemant las paredes, como testigos de nuestras vivencias, se impregnan de historias no contadas, se liberan de capas que revelan textura y color. Una realidad alterna, que invierte la opacidad, de donde emanan los matices, los rojos, los amarillos, los sienas, los grises. Matices que suman complejidad, profundidad, vitalidad a la circunstancia. Que nos recomponen y nos incitan a continuar -a extender- a permanecer.

Un ejercicio que aborda el espacio pictórico desde el espacio físico para enfrentarnos a un proceso de confrontación personal. Piel que cubre piel, papel sobre papel, tono sobre tono. Textura. Piel que devela piel. Lienzos, cual paredes, que construyen un refugio e intervienen en esta historia. Ellos van recibiendo  capa a capa, los procesos de interacción de la artista con un mundo material, texturas camufladas por el tiempo, el proceso, el tapar o develar, el cubrir o descubrir. 

Un papel se arranca y declara algo distinto, una forma nueva aparece y otra realidad es edificada. Este nuevo hogar genera un espacio mental de redención al pasado.

Nos enfrentamos a los muros que todos construimos -como la superficie de nuestro cuerpo- y que nos separan, nos protegen, nos aíslan. Nos dicen cosas en silencio. Nos hablan de nosotros y de los otros.

Es en ese develar que se nos muestra un pasado -inmediato o no- que persiste en existir desde un lugar invisibilizado.