En esta oportunidad, Fernando de Szyszlo, presentará bajo el título “Elogio de la sombra”, un magistral conjunto de 18 obras, en su gran mayoría de gran formato, destacando dos dípticos de 200 x 400 cm. Hablar de Szyszlo o presentarlo puede sonar redundante, lo que sí hay que remarcar es, que es el pintor vivo mas importante y destacado. Artista humanista como ya no los hay, lo demuestra su obra, su pensamiento y su abultado curriculum, así como la presencia que tiene la obra en múltiples y destacadas colecciones públicas, museos y colecciones privadas alrededor del mundo. ” El fenómeno Szyszlo se produjo un día como se había producido casi un siglo antes el fenómeno Rubén Darío en Nicaragua. Desde muy pronto Szyszlo parece haber encontrado su tono existencial y su manera de proyectarlo sobre la tela. Su pintura es una pintura culta por definición. Si tiene facilidad – y no dudo que la tenga viéndolo trabajar en su taller limeño – no hay ni qué decir que en Szyszlo se aplica también el ostinato riggore que reclamaba Leonardo…… Permítaseme agregar que en el viaje previo a este texto tuve oportunidad de ver infinidad de cuadros de Szyszlo y la variante que ahora ofrecen. Dije en esta circunstancia: “Yo conocía a Szyszlo – ¿quién no los ha visto alguna vez? – oscuros, de luz violeta, negra fosforecida cuya materia se organiza en amplias pinceladas dirigidas como hierbas que peina un viento abstracto. Ahora aparecen en su producción reciente unos grandes cuadrotes verticales en que una forma erguida, totémica, se eleva agresiva y lenta. Conteniéndose toda ella en sí misma como las máscaras negras o ciertas proas de piraguas polinesias………” Tomado del Libro “Damián Bayón: Aventura Plástica en Hispanoamérica”, Mexico, Fondo de Cultura Económica”, 1955, Colección Breviarios, pp. 175 – 177) Hay que destacar también que en 1997 fue elegido miembro de la Academia de la Lengua, ese mismo año recibió la condecoración Bernardo O’Higgins del gobierno de Chile. El año 2000 le fue otorgada la Orden del Sol por el Estado peruano. En el 2001 la República Francesa le otorgó la Orden de las Artes y las Letras en el grado de Officier.