ALQUIMIA

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30 de abril 2007

Esta el la primera vez que la escultora Gloria Palacios expone sus obras en una galería de arte. Su creatividad y sus esculturas han permanecido, hasta ahora, rigurosamente confinadas a su taller. Concebidas y ejecutadas exclusivamente en bloques de granito -esa áspera piedra utilizada, como es sabido, por los artistas de la prehistoria y los escultores egipcios, griegos, romanos, medievales y renacentistas- que ella recoge de nuestras canteras y de los que hace nacer, desentrañándolos y puliéndolos cuidadosamente, la verdad y el misterio de lo humano que somos todos. Estas son algunas de las obras que reúne esta muestra, en algunos casos alegorías o parábolas de la pareja o, a través de su aparente abstracción formal, emblemas diversos de lo humano. Así -bajo modos y formas geométricas, curvadas y oveladas, o superficies ásperas o lisas, vinculadas por empalmes de planos horizontales o paralelos- estas esculturas trasuntan siempre y de diverso modo la escencia de la condición humana. Sus creaturas, varias de apariencia y las mismas en escencia, son siempre, como en la idea bíblica, fundamentales y expresivas todas. Y si en alguna de ellas sus componentes están enlazados y silenciosos es porque mágicamente a través y mas allá de la aparente inhumanidad de la piedra, son Adán y Eva. Y dejemos aquí las palabras pues, como ha escrito alguna vez el mas famoso de los dramaturgos, “”….lo que queda es silencio….”” Carlos Rodríguez Saavedra Crítico de arte.