PARADOJAS

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13 de marzol 2002

Tal vez la fragmentación y la acumulación de los deshechos que acarrea, sea una de muchas formas en que alguien pueda comentar la heterogeneidad de una experiencia específica. en el caso de Ale Ballón, esa digestión es la experiencia misma y a ala vez su propio registro del recorrido, en un territorio en el que repulsión & deseo han desarmado casi todas sus fronteras y rehecho sus identidades. Ahi hay un mapa de perturbaciones del orden, y casi una geología de estratos y diversas capas de materia acumulada: son los hitos de quien hurga en el detritus y son las costras de la transgresión sobre las superficies de su trabajo. Y son, quda claro, las inevitables marcas de migrar de la “pintura-pintura”, como se dice, a algo que aún no posee un icono quelo defina, pero que va del anhelo a la abyección, del peluche al deshecho orgánico fecal, todo dispuestoen una misma escala de exploración y reciclaje. La manipulación sensual de toda esa materia aparece también como la metáfora animal y y corporal que permite el rerorno del pasado reprimido, en la puntual cita pop de la infancia china, en su regurgitación sin pausas en la reunión encopetada. Y aquello que alegoriza el pasado es también aquello que manosea el presente y que está en las barbas orientales del plush informal hecho en Gamarra, en el orificio engominado y retocado, y en el ekeko depuesto por su propio peso. En medio de tanta impureza original, lamateria natural no niega el comentario cultural (ni el carácter específico de su genealogía,absolutamente personal o familiar, o absolutamente peruano o regional, que importa): mas bien lo aleja de cualquier pureza hermética y lo zambulle en las formas contaminadas de una experiencia completa, en el lado B de toda esa experiencia. Rodrigo Quijano