FLORES DE LURIGANCHO

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Miércoles 1 de febrero
al 25 de febrero 2017

En 1565 el monarca Felipe II instauró una ruta comercial, la llamada Ruta de Manila, que enlazaba esa ciudad con Sevilla, pasando por Acapulco y Veracruz. Esto sucedía tres veces al año, tiempo que duraba la travesía. En el interior de los barcos se transportaban objetos que se consideraban exóticos, especias, muebles, telas, etc, todos ellos de gran valor y que pasaban a manos de personas de alto nivel adquisitivo, allá donde llegaban las mercancías. Uno de los puertos de descarga era Acapulco, pagándose estos tesoros con el dinero procedente de los Virreinatos de Perú y México, fomentando de ese modo el surgimiento de mercaderes locales que traficaron con ello.

“El Mantón de Manila” fue uno de entre aquellos objetos que alcanzó relevancia e influencia por su esbeltez, delicadeza , finura y aristocrática belleza que paulatinamente fue contagiando a la cultura popular, traduciéndose en variados elementos tales como telas, cojines, polleras, trajes realizados con materiales modestos… Su vigencia es hoy muy notable así como sus secuelas en otras épocas como traje y prenda popular, verbigracia en “Las Tapadas” en Perú durante los siglos XVIII y XIX.

Esta exposición es el fruto del descubrimiento de un conjunto de elementos iconográficos representados en prendas, objetos, cuadros, de usos diversos con los que Pepe Cobo pretende expresar un nuevo enfoque sobre las encrucijadas del mestizaje de culturas, además de facilitar que los mismos objetos tengan una vida propia. Por ello unos fragmentos de Mantones de Manila originales, selectivamente manipulados, son puestos en manos de los internos de la Cárcel de Lurigancho en Lima que son los que elaboran hilo a hilo y día a día el acabado de estos tapices.

De esta manera el arte se convierte en un elemento liberador en la medida en que los reos redimen parte de su condena por los días trabajados. Asimismo y dado el valor terapéutico y de elevación de la tarea realizada, quienes carecen de libertad consiguen de algún modo ver la luz a través de una actividad creativa.